Estimulación Cognitiva en la Tercera Edad



ESTIMULACION MENTAL
Cada vez resultan más familiares temas como el envejecimiento poblacional y el envejecimiento activo o exitoso. Y es que el notorio aumento de la población de adultos mayores, tanto a nivel nacional como internacional, ha provocado un enorme interés en las características que presenta este grupo etáreo.

Además, conceptos relativamente recientes como “calidad de vida” y las definiciones más actuales de “salud” han propiciado la dirección de este interés al conocimiento de las necesidades y expectativas que deben ser satisfechas para garantizar que las personas de mayor edad se desarrollen en el marco de estos términos.
Específicamente en el ámbito de la salud, la preocupación por identificar las características biopsicosociales propias del envejecimiento y distinguirlas de los signos que –pudiendo presentarse con frecuencia en esta población- no constituyen una propiedad del envejecer, ha permitido el desarrollo de medidas de prevención y abordaje de los factores que pueden afectar negativamente la calidad de vida y la salud de los adultos mayores. Un ejemplo de esto, son los programas de promoción de la salud dirigidos a adultos mayores en distintos países: como el proyecto “Saber Envejecer–Prevenir la Dependencia” de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, en España; y el “Programa de Control de Salud del Adulto Mayor” del Ministerio de Salud, en nuestro país.Son múltiples los aspectos relacionados con la salud que deben ser considerados al valorar la calidad del envejecimiento de una persona: movilidad y locomoción, estado emocional, redes sociales de apoyo, presencia de enfermedades, etc. Pero uno de los criterios principales, es la autonomía y funcionalidad del desempeño en la realización de actividades cotidianas. Esto se debe a que implica, por una parte, la coordinación de una serie de habilidades y factores de base que se deben encontrar en un nivel aceptable de funcionamiento, y por otra, la consecución de condiciones que permiten una calidad de vida admisible.
Dentro de las habilidades que están a la base del desempeño autónomo y funcional, se encuentran los procesos cognitivos, que son aquellos procesos mentales involucrados en el procesamiento de la información -tanto la proveniente del ambiente como la ya almacenada en la memoria- mediante los que se logra el aprendizaje y la reelaboración de habilidades, conocimientos y valores.Los procesos cognitivos se tipifican en básicos (percepción, atención y memoria) y superiores (lenguaje, razonamiento, aprendizaje y control de la conducta). Todos ellos se sustentan en estructuras neurobiológicas, que requieren encontrarse indemnes para su óptimo funcionamiento.La importancia de los procesos cognitivos radica en que permiten la realización de actividades cotidianas (como conversar, prepararnos una taza de café, manejar dinero) y de tareas más complejas (leer sobre un tema sobre el que tiene poco conocimiento, encontrar la mejor solución a un problema, aprender un instrumento musical). Es decir, permiten las características típicamente humanas: el ser sociales e inteligentes.No obstante, al envejecer, los sistemas biológicos del organismo se afectan, lo que se traduce en una merma en su funcionamiento. Este proceso también se evidencia en el cerebro, el cual disminuye de peso y tamaño a medida que la edad aumenta, y obtiene menor irrigación sanguínea y -por tanto- una menor nutrición celular.Debido a estos cambios, se comprometen algunos procesos cognitivos, principalmente la velocidad de procesamiento, la atención y la memoria. Generalmente, esto se evidencia en algunas dificultades menores que se presentan lenta y progresivamente en el tiempo, como olvidar dónde se dejó algún objeto, no recordar una cita, “perder el hilo” de una conversación o tener dificultad para acordarse de los nombres de las personas que se conocen recientemente.Se sabe que estos cambios se presentan de manera distinta y con intensidad diferente en las personas, en lo que influye principalmente los años de escolaridad, la ocupación laboral y el nivel intelectual previo. Y que el impacto que pueden tener en el desempeño de un individuo guarda una estrecha relación con las expectativas, intereses, roles y ocupaciones del mismo.
Pero las investigaciones no se orientan únicamente a caracterizar a las personas en función de su edad. Como se esbozó anteriormente, una cantidad importante de ellas se orienta a la búsqueda de soluciones para las dificultades que se deben enfrentar con el aumento de la edad. Así, los estudios han permitido determinar que las funciones cognitivas que se van comprometiendo al envejecer, se pueden fortalecer a través de programas de Estimulación Cognitiva, diseñados especialmente para ello.
La estimulación cognitiva tiene como propósito conservar la capacidad intelectual y enseñar estrategias que permitan enlentecer y compensar los cambios en el procesamiento mental que se producen con el aumento de edad.
Se basa en la característica de plasticidad cerebral que tiene el sistema nervioso, aún en el envejecimiento. Sucintamente, ésta se refiere a la capacidad adaptativa del cerebro de modificar su organización estructural y funcional, en virtud de las experiencias vividas por el individuo. Esto implica que pese a los cambios cerebrales que conlleva el aumento de edad, el cerebro puede reorganizarse y así permitir tanto la mantención de las funciones cognitivas de la persona como el desarrollo de nuevas habilidades.
Los programas de estimulación cognitiva organizan actividades de ejercitación o compensación de habilidades, bajo criterios de complejidad progresiva y funcionalidad. Son guiados por un especialista, quien actúa como mediador o facilitador del logro de las actividades, entregando estrategias que permitan a las personas paulatinamente y cada vez con mayor autonomía- realizar actividades de mayor complejidad.
La finalidad última de la Estimulación Cognitiva es favorecer la participación activa y el desempeño autónomo y funcional de los adultos mayores en las actividades que desempeñan normalmente o en otras nuevas que deseen aprender, de manera de impactar positivamente en su calidad de vida.
Dentro de las ventajas que reporta la estimulación cognitiva en los adultos mayores, cabe destacar que:
  • Los programas pueden ser orientados a las características y necesidades particulares de las personas a las que se dirigen, lo que permite una intervención altamente personalizada.
  • Al ser una instancia de estimulación guiada por un profesional, las habilidades no sólo se pueden preservar (como ocurre al ejercitarlas a través de la lectura o resolviendo juegos de ingenio o crucigramas), sino que se pueden aumentar y compensar.
  • El impacto que tienen en la protección de las funciones cognitivas supera los que se derivan de una mayor edad, un menor nivel educacional o una ocupación laboral sin grandes exigencias intelectuales.
  • Las habilidades que se ejercitan mantienen los niveles alcanzados luego de su intervención. De hecho, habilidades entrenadas en pocos meses se mantienen al menos por dos años.
  • Las habilidades que se ejercitan son generalizadas a las actividades cotidianas, lo que favorece la autonomía y seguridad de las personas.
  • Actúa como un factor protector frente al declive cognitivo propio de la edad y al resultante de patologías como el Deterioro Cognitivo Leve y la Enfermedad de Alzheimer.
  • Disminuyen el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y de llegar a las etapas de mayor gravedad, posiblemente por retrasar sus manifestaciones clínicas.
Dentro de los profesionales que pueden diseñar y aplicar Programas de Estimulación Cognitiva para los adultos mayores se encuentran los fonoaudiólogos. Esto, por tratarse de profesionales con amplios conocimientos respecto al lenguaje (incluyendo las relaciones lenguaje-mente; lenguaje-cerebro y mente-cerebro) y los principios de evaluación y terapia, y que cuentan –además- con conocimientos básicos de psicología del aprendizaje, neurología, neuropsicología y desarrollo humano. Este bagaje de conocimientos lo capacita para valorar, desarrollar, fortalecer y compensar habilidades mentales, de acuerdo las características y necesidades de individuos particulares.
No obstante, no se puede desconocer la valiosa contribución de otros profesionales a este campo, entre los que se cuentan los neurólogos, psicólogos y terapeutas ocupacionales, quienes –desde distintas perspectivas y con dominios de conocimiento diferentes-promueven y posibilitan el mejoramiento de la calidad de vida del adulto mayor.
La relevancia que tienen intervenciones como la Estimulación Cognitiva y otras orientadas a prevenir o disminuir las dificultades frecuentemente presentes en el proceso de envejecer, tienen –al menos- un doble impacto positivo: en la protección de la salud individual de las personas de la tercera edad y en la disminución del costo social por servicios e insumos dirigidos a remediar situaciones de afectación de la salud en este grupo.
Es por esta razón, que la creación del Centro de Estudios para la Tercera Edad U3E, se constituye en una instancia que responde plenamente a las necesidades actuales de la sociedad y sus adultos mayores. A esto se agrega, positivamente, que integra el esfuerzo de un equipo de distintos profesionales, todos los cuales entregan un valioso aporte a la atención, comprensión y empoderamiento de la tercera edad.
Jennifer Duarte Bravo
Fonoaudiólogo
Magister (c) en Estudios Cognitivos
Docente Escuela de Fonoaudiología
Universidad Mayor

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