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Se pueden tomar frescos o secos y poseen propiedades nutritivas que los hacen indispensables en dietas de niños, deportistas y mujeres embarazadas.
Siempre se ha dicho que dan mucho juego en la cocina y pueden utilizarse como un ingrediente exótico en salsas. Resulta un excelente acompañamiento para cualquier tipo de carne asada o de caza. Su combinación con el cerdo y el pato resulta perfecta. Como postre, se pueden tomar solos o en preparaciones más sofisticadas.
El fruto fresco está compuesto por un 80% de agua y un 12% de azúcar. Una vez seco, estas proporciones varían fuertemente a menos de un 20% y más de un 48%, respectivamente. Sus características nutricionales se potencian una vez secos.
Muy saludable
El higo maduro es muy digestivo porque contiene una sustancia especial llamada Cradina. Tanto secos como frescos, los higos son un excelente tónico para las personas que realizan esfuerzos físicos o intelectuales. Este fruto contiene también cantidades variables de pentosanas y de ácido cítrico, málico y acético. Poseen una cantidad de azúcar superior al resto de las frutas, de ahí que su valor calórico sea muy parecido al del plátano o la uva. Es pobre en grasas y en proteínas, pero rico en agua, minerales y fibra.
También es un buen emoliente, un suave laxante, un buen diurético y un excelente pectoral. Por todo ello, los higos son recomendables para los niños, adolescentes, mujeres embarazadas, intelectuales y deportistas.
Su piel puede ser verde, blanca o morada pero, para saber distinguir si está en su punto de madurez, popularmente se dice que, debe tener el cuello del ahorcado, ropa de pobre y ojo de viuda. Esto quiere decir que el rabo del fruto debe estar seco, la piel arrugada y al abrirlo debe desprender una lágrima de almíbar.
Es un fruto claramente estacional debido a la naturaleza silvestre de la higuera. Aunque perduran hasta bien entrado el mes de octubre, los mejores son los de septiembre.
Durante siglos, esta fruta ha sido considerada erótica, ambivalente y simbólica. Ambivalente porque, por ejemplo, para la cultura judeocristiana tenía analogía con el órgano sexual femenino, sin embargo, para los árabes, era análoga con el órgano masculino.
Al cortar los higos de la rama del árbol, estos desprenden un líquido blanquecino. Antiguamente, esa savia que se desprende del fruto se asociaba con el semen. Además era utilizada como ungüento contra esterilidad y para favorecer la lactancia.
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