Otra ventaja más para la leche materna : tiene un efecto protector contra la obesidad. Tal parece que un estudio realizado por la Dra. Ruowei Li, epidemióloga médica de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU, determinó que los niños amamantados durante sus primeros meses de vida tienen mayor capacidad para regular cuánto comen más adelante .
Como ya hemos visto, la prevención de la obesidad debe comenzar en la infancia, y parece que la lactancia ayuda a que los niños sepan regular sus porciones en el futuro . La primera infancia tiene un impacto crucial en esta autorregulación, indispensable para mantener un peso saludable toda la vida.
Básicamente, el estudio comprobó que los niños que tomaron leche materna en sus primeros meses, no terminaban su vaso o biberón de leche de fórmula cuando llegaban alrededor del año de edad. Quienes siempre habían sido alimentados con leche de fórmula, se mostraban con mayor apetito.
Esto podría tener una explicación muy simple. “Las madres u otros cuidadores podrían obligar al bebé a vaciar la botella, pero si dan el pecho no hay manera de visualizar qué cantidad de leche toma el bebé”, señaló la doctora Li.
Esto podría tener una explicación muy simple. “Las madres u otros cuidadores podrían obligar al bebé a vaciar la botella, pero si dan el pecho no hay manera de visualizar qué cantidad de leche toma el bebé”, señaló la doctora Li.
Además, dado que la leche materna cambia de sabor entre tomas en función de lo que la mujer ingiere, y además es más grasa hacia el final, ayuda a los niños a no alimentarse en exceso.
Otra cuestión es que cuando los niños toman el pecho, deben succionar algunos minutos antes de que comience a bajar la leche, algo que por supuesto no ocurre con el biberón, donde se comienzan a alimentar inmediatamente.
Todos estos factores harían a los niños alimentados con leche de fórmula más “glotones”, razón por la cual en el futuro podrían tener mayor tendencia a la obesidad.
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